Bitâcora de textos y notas varias

lundi 30 avril 2012

“Good look, Miranda” o “Su futuro, ahora”

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Hace varios años descubrí la película Me and You and Everyone We Know, ópera prima dirigida por Miranda July, quien también actúa el rol principal de la cinta. La sencillez de la trama y la forma de dirigir a los personajes me intrigó al grado que decidí indagar más sobre ella. Mujer polifacética, artista plástica, escritora y videasta – además de directora, Miranda July tiene la capacidad de inocular una chispa de vida en cada uno de sus proyectos artísticos.
El último en cuestión es otra película, The Future, que trata sobre cómo, en menos de treinta días, el hecho de adoptar un gato pone de cabeza altera de cabo a rabo la vida de una pareja.
Un sitio internet con el mismo título da cuenta de las etapas, características, personajes y temas afines al futuro [http://thefuturethefuture.com]. En uno de los micro-sitios, el internauta tiene la posibilidad de inscribirse y recibir dos veces por semana un mensaje de Miranda que puede servirle para orientar su comportamiento, del mismo modo en que los mortales de antaño “escuchaban” a las fuerzas divinas apelando a los antiguos oráculos (http://thefuturethefuture.com/oracle.php). En este futuro, la “divinidad” se hace presente mediante correos electrónicos, aprovechando la increíble situación (increíble por real) de poner en contacto a dos personas que viven en distintas partes del planeta sin conocerse personalmente. Hay algo de absurdo de esta situación, que se evapora pronto cuando emerge el tema de la empatía: entre el solicitante y el oráculo se comparte un interés común vinculado a lo que expresan las obras de Miranda
Así, no hay nada más extraño y alentador que abrir la cuenta de correo y acechar esos enigmáticos instantes que abren hacia la risa (“Direct your attention to your mouth. I’m thinking either dental work or u need to do more sucking, or maybe you’re just hungry”), o la duda (“Something will become engorged when you least expect it. How you deal with this will have repercussions for the next 4 years”), y que transforman la jornada en un diálogo constante con el oráculo. ¿Cuál es el momento más indicado del día para endosarle el puñado de palabras que llegan? ¿A qué corresponde el doble, el triple – o el nulo sentido del futuro fresco y recién recibido mensaje? Victoria pírrica, Miranda consigue que sus solicitantes trituren por un rato, unos segundos tal vez, los pensamientos que incubó seguramente en forma de twiter. El futuro se transforma en una fuga aleatoria de instantes con y sin sentido. Como el mundo en que vivimos está sobredeterminado, un referente distinto nos permite abrir una brecha y extraernos del enjambre de signos en el que estamos inmersos. Las cosas ya no son inmóviles y nuestras certezas vacilan.
Así, en el centro del dispositivo de Miranda July está la intención de poner en duda la voluntad: cómo enfrentar las decisiones sabiendo que las cosas pueden ser diferentes, de qué manera el mundo se (des)articula en otras posibilidades. Dicho de otra forma, en un instante Miranda nos hace entrever que ese quién y qué que somos, es una delirante invención cotidiana que resulta del descuido, por lo que buscamos distractores y catalizadores que nos inserten o nos expulsen del mundo, de la relación que tenemos con él.
La magia que en otros sistemas o juegos electrónicos se vende o se promociona como una verdad supra-natural, se siente aquí con toda su pureza porque es gratuita y, digámoslo seriamente, inútil. Esta magia permite, no obstante que dos personas se sientan comunicadas, acaso unidas, gracias a la decodificación en una pantalla de unos cuantos kilobytes de palabras, urdidas en la mente de una mujer que sigue soñando en lo posible y que mediante el cine, internet o el video, busca acercarnos a ese otro que teclea allá afuera, a ese otro que teclea en esta misma pantalla.